
sábado, 23 de julio de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
1+1+2+3+5+8+13+21+34+55+89
El abejorro que murió por nosotros

La explosión del universo interior espera, desesperadamente, encontrar la salida.
Como el abejorro que entró, por la puerta abierta
y chocó su cabeza contra el vidrio, una y otra vez,
sin poder entender porqué no puede llegar al rododendro
que le calma la ansiedad, si lo tiene delante de sus ojos.
Acto seguido,
Un tipo que no presencia la secuencia
entra como si nada, lo pisa,
lo agarra con la mano y lo tira para afuera.
Al final consiguió su objetivo!
Ahora está del otro lado del vidrio.
Sobre el pelo, la hoja, el sol, el tacto, las visitas, el viento, el suelo, aterrizar y el tiempo

Un pelo, decidido,
cayó sobre la hoja de una planta
y practicando el estar, pasaron ratos al sol,
conociéndose a través del tacto.
El pelo pensó en lo natural que se sentían sus formas cayendo sobre la hoja,
y la hoja pensó en cuánto le gustaba recibir visitas.
Un viento pasajero levantó al pelo, primero velozmente
y después de un par de vueltas, cayó planeando al suelo
como si supiera de antemano que le tocaba aterrizar.
Pasó un tiempo en el suelo, al que todavía no le encuentra mucho sentido,
hasta que otro viento lo volvió a sacar a volar.
La planta sigue siempre mirando al sol.
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F: Santi Fer Arce
Destruir es un saber
que se desprende
del otro lado de los límites
que encierra la puerta del miedo.
Su guardián es de tamaño relativo,
Y su tamaño es la suma
de tu creencia
y de la suya.
Resolver el acertijo
Qué hay detrás de la gran puerta
Qué esconde el laberinto
A la vuelta o a sus pies
Es tarea, por veces,
Descendente y ascendente
a la vez.
Para saber...
Que no hay siguiente ni anterior,
Ni en tiempo ni en espacio.