viernes, 22 de julio de 2011

El abejorro que murió por nosotros




La explosión del universo interior
espera, desesperadamente, encontrar la salida.
Como el abejorro que entró, por la puerta abierta

y chocó su cabeza contra el vidrio, una y otra vez,
sin poder entender porqué no puede llegar al rododendro
que le calma la ansiedad,
si lo tiene delante de sus ojos.

Acto seguido,
Un tipo que no presencia la secuencia
entra como si nada, lo pisa,
lo agarra con la mano
y lo tira para afuera.

Al final consiguió su objetivo!
Ahora está del otro lado del vidrio
.

3 comentarios:

  1. ah !! ahora sí.

    jajjaa, la vida se vale de cualquier artilugio para seguir su curso. Gracias a Dios !!! Todos somos instrumentos. Quien tiró el abejorro con el rododendro, también hizo lo suyo

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